miércoles, 30 de enero de 2013

EL FUTURO YA LLEGO: IMPLANTES DE MEMORIA

Por Valeria Biegun. HuffNews. 01-28-2013.

Al implante se le pueden insertar recuerdos, lógicamente artificiales.

Tras 10 años de trabajo y ardua investigación, el equipo formado por la Universidad de Carolina del Sur y la Universidad Wake Forest hicieron posible lo que hasta el momento sólo existía en libros y películas de ciencia ficción: el implante de memoria.

Se trata de un chip implantado en el cerebro al que se le pueden insertar recuerdos, lógicamente artificiales. El dispositivo registra y mide los estímulos de las ondas que llegan a la zona del hipocampo, que es donde se encuentra la memoria a largo plazo, y donde se controla el aprendizaje.

El primer paciente es una rata de laboratorio, cuyo chip permitió a los equipos enseñar un comportamiento determinado al animalito.

El doctor Theodore Berger, la cabeza del grupo de científicos, explica que el límite en la decodificación parece encontrarse en los recuerdos, que son de características personales y propias de cada ser humano, más allá de que el cerebro funciona siempre igual. Si pudiéramos decodificar los conocimientos más complejos y traducirlos en ondas cerebrales, se podría insertar conocimiento directo al cerebro, tal como en el film Matrix.

Por el momento, la puerta queda abierta para un enorme campo de investigación que abarca incluso la posibilidad de curar algunas enfermedades.
EL FUTURO YA LLEGO: IMPLANTES DE MEMORIA

Por Valeria Biegun. HuffNews. 01-28-2013.
 
Al implante se le pueden insertar recuerdos, lógicamente artificiales. 

Tras 10 años de trabajo y ardua investigación, el equipo formado por la Universidad de Carolina del Sur y la Universidad Wake Forest hicieron posible lo que hasta el momento sólo existía en libros y películas de ciencia ficción: el implante de memoria.

Se trata de un chip implantado en el cerebro al que se le pueden insertar recuerdos, lógicamente artificiales. El dispositivo registra y mide los estímulos de las ondas que llegan a la zona del hipocampo, que es donde se encuentra la memoria a largo plazo, y donde se controla el aprendizaje. 

El primer paciente es una rata de laboratorio, cuyo chip permitió a los equipos enseñar un comportamiento determinado al animalito.

El doctor Theodore Berger, la cabeza del grupo de científicos, explica que el límite en la decodificación parece encontrarse en los recuerdos, que son de características personales y propias de cada ser humano, más allá de que el cerebro funciona siempre igual. Si pudiéramos decodificar los conocimientos más complejos y traducirlos en ondas cerebrales, se podría insertar conocimiento directo al cerebro, tal como en el film Matrix.

Por el momento, la puerta queda abierta para un enorme campo de investigación que abarca incluso la posibilidad de curar algunas enfermedades.

sábado, 19 de enero de 2013

Leer a los clásicos es bueno para el cerebro


Leer las palabras de grandes escritores como Shakespeare puede resultar una terapia más eficaz para el cerebro que los populares libros de autoayuda, según un estudio de la Universidad de Liverpool (Reino Unido). Los autores de la investigación aseguran que la prosa de los escritores clásicos tiene efectos beneficiosos sobre la psique, y que su lectura estimula el cerebro moral captando la atención del lector y provocando momentos de autorreflexión.

Para llegar a esta conclusión, los científicos monitorizaron mediante un escáner el cerebro de 30 voluntarios mientras leían piezas clásicas de la literatura inglesa. Y, entre otras cosas, detectaron que la actividad eléctrica cerebral aumentaba a medida que la prosa se complicaba. Además de que al leer poesía (escrita por el poeta romántico inglés William Wordsworth) se incrementaba la actividad en el hemisferio derecho del cerebro, concretamente en el área vinculada a la memoria autobiográfica.

Fuente:

Muy Interesante



Extraido de http://pepascientificas.blogspot.com

La competencia global por el grafeno, el material del futuro

EL GRAFENO

El grafeno es una forma de carbono en forma de lámina y de un sólo átomo de grosor.
Los átomos se distribuyen en una estructura de dos dimensiones con la forma de un panal de abeja.
El descubrimiento del grafeno fue anunciado en 2004 por la revista Science.
Es cien veces más resistente que el acero y conduce la electricidad mejor que el cobre.
En un futuro podría sustituir al silicio en electrónica.
Tan sólo un 1% de grafeno en una composición plástica podría hacerla conductiva





El grafeno podría desatar una nueva revolución industrial.



La fiebre investigadora en torno del grafeno demuestra que el mundo vive una auténtica competencia global por este material con múltiples usos, que podría conducir a una nueva revolución industrial.
Los últimos datos demuestran que desde 2007 se ha producido un notorio aumento en el número de patentes registradas en relación con distintos aspectos del grafeno, con un agudo repunte en el último año.

China lidera la carrera al ser el país con más patentes, mientras el gigante surcoreano de la electrónica, Samsung, es la empresa con más registros a su nombre.

Los datos pertenecen a un informe publicado por la firma consultora de patentes CambridgeIP, con sede en Reino Unido.


Más duro que el diamanteEl grafeno fue identificado en 2004 y consiste en una única capa de átomos de carbono que lo convierten en el material más fino jamás creado.


.
Los primeros trabajos realizados sobre este material, llevados a cabo por los dos científicos rusos de la Universidad de Manchester, Andrei Geim y Konstantin Novosolev, les valieron un premio Nobel de Física en 2010 y dos títulos de caballero concedidos por la corona británica.

Las particulares propiedades del grafeno abren todo un mundo de posibilidades y aplicaciones, desde el campo de la informática hasta el sector energético o la medicina.

Es más duro que el diamante, con mayor conductividad eléctrica que el cobre y tan flexible como el caucho, por lo que no es de extrañar que sea el objeto de una batalla global por explotar sus propiedades y desarrollar técnicas para su comercialización.

En un principio, este material podría hacer su debut en nuestras vidas con su uso en pantallas táctiles, luces en las paredes y baterías mejoradas.


China a la cabezaPero un primer paso para que el grafeno sea rentable son las patentes, ya que es un material que todavía no ha dado el salto desde el laboratorio.

Según CambridgeIP, a fines de 2012 se contabilizaron 7.351 patentes de grafeno y de aplicaciones vinculadas con él. Un número considerable para un material descubierto hace casi una década.







China es el país del mundo con más patentes del nuevo material.

Las instituciones chinas poseen la mayoría (2.200), seguidas por Estados Unidos (1.754), lo que hace evidente la determinación de ambas potencias por capitalizar el futuro valor de este material de múltiples aplicaciones.

Curiosamente Reino Unido, país pionero en la investigación del grafeno con sus trabajos de 2004, apenas cuenta con 54 patentes, lo que ha llevado al ministro de Ciencia, David Willetts, a identificar este material como "prioridad de investigación nacional".

A nivel corporativo Samsung lleva la delantera, con un total de 407 patentes, seguida de la estadounidense IBM con 134.

El director de CambridgeIP, Quentin Tannock, le comentó a la BBC: "Existe un increíble interés en todo el mundo, y desde 2007 en adelante vemos un repunte masivo en patentes, particulamente en Estados Unidos, Asia y Europa".

El director del área de investigación del grafeno en la Universidad Nacional de Singapur también le confirmó a la BBC que el material es ahora objeto de una competencia internacional.

"Es extremadamente competitivo no sólo desde el punto de vista de la ciencia (...) sino también desde el punto de vista económico, porque muchas empresas están empezando a operar y vender grafeno y cosas vinculadas al grafeno", explicó el profesor Antonio Castro Neto.


Mas allá del horizonte





Reino Unido construirá un centro de investigación del grafeno en Manchester.

Sin embargo, uno de los pioneros en estudiar este material, el profesor Geim, afirmó que muchas empresas occidentales carecen de la capacidad para impulsar estas investigaciones.

"La industria está preocupada no en lo que se puede hacer, sino en lo que hace la competencia; temen perder la competencia", apuntó.

"Hay un gran distanciamiento entre el mundo académico y la industria que ha aumentado durante las últimas décadas tras el fin de la Guerra Fría".

"Esto es lo que ha pasado en los últimos 30 o 40 años. Matamos a famosos laboratorios como Bell Labs [de las empresas AT&T and Bel]; las compañías se han empequeñecido, por lo que no pueden permitirse más institutos de investigación. Si algo pasa en Corea es porque Samsung tiene un instituto".

"No pueden ver más allá de un horizonte de diez años y el grafeno está más allá de ese horizonte", subrayó.

Sin embargo, los esfuerzos europeos podrían verse fortalecidos a fines de este mes cuando la Comisión Europea anuncie a los ganadores del premio de US$1.330 millones para diez años para investigaciones científicas. Uno de los seis elegidos es un consorcio de investigación del grafeno.

Fuente:

BBC Ciencia

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Fuente:
http://pepascientificas.blogspot.com/

miércoles, 9 de enero de 2013

Las 11 bibliotecas más espectaculares del mundo

La web Architizer publicó una lista de las 11 bibliotecas más espectaculares alrededor del mundo. A continuación podrás ver algunas imágenes de estos gigantes edificios, de diseños inimaginables.
1. Biblioteca Estatal de Stuttgart, Alemania. Diseñada por Yi Architects.
libreria 2
libreria 2b
2. Biblioteca Central de Seattle, Estados Unidos. Diseñada por Rem Koolhaas.
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3. Biblioteca Nacional de China, en la ciudad de Beijing. Diseñada por KSP Jürgen Engel Architekten.
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libreria 4b
4. Biblioteca Vasconcelos, en la ciudad de México. Diseñada por Alberto Kalach.
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5. El Diamante Negro. Copenhague, Dinamarca. Diseñada por Schmidt, Hammer, Lassen.
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6. Biblioteca Filológica de la Universidad Libre de Berlín, Alemania. Diseñada por Norman Foster.
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libreria 7b
7. Biblioteca de la Universidad Técnica de Delft, Holanda. Diseñada por Mecanoo Architecten.
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libreria 8b
8. Biblioteca Móvil A47, en la ciudad de México. Diseñada por Productora.
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9. Biblioteca Escolar de Olivebridge, Nueva York. Diseñada por Peter Gluck and Partners.
libreria 10
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10. La montaña de libros de Spijkenisse, Holanda. Diseñada por MVRDV.
libreria 11
libreria 11b
11. Biblioteca Nacional de Bielorrusia, en la ciudad de Minsk. Diseñada por Viktor Kramarenko.
libreria 12
libreria 12b
Fuente: http://lamula.pe/2013/01/09/las-11-bibliotecas-mas-espectaculares-del-mundo/danilanzara

sábado, 5 de enero de 2013

La ciencia y el mundo islámico: en busca de un acercamiento


Pervez Hoodbhoy
La pregunta que quiero plantear, tanto a mí mismo como a cualquier otra persona, es ésta: habiendo como hay más de mil millones de musulmanes, y disponiendo de amplios recursos materiales, ¿por qué el mundo islámico se ha desligado de la ciencia y del proceso por el que se generan nuevos conocimientos? Más concretamente, me estoy refiriendo a los 57 países de la Organización de la Conferencia Islámica (OCI) como representante del mundo islámico. No siempre fue así. La magnífica Edad de Oro del Islam entre los siglos IX y XIII trajo consigo grandes avances en matemáticas, ciencia y medicina. La lengua árabe era dominante en una época en la que nació el álgebra, se elucidaron los principios de la óptica, se estableció la circulación sanguínea, se dio nombre a estrellas y se crearon universidades. Pero al final de este periodo, la ciencia en el mundo islámico se vino abajo. Desde hace siete siglos, ningún invento o descubrimiento relevante ha surgido del mundo islámico. Ese estancamiento del desarrollo científico es un elemento importante (si bien no es en absoluto el único) que contribuye a la actual marginación de los musulmanes y a un sentimiento creciente de injusticia y discriminación
El origen de este artículo está en la conferencia sobre Max von Laue que di a principios de año para celebrar la figura de este eminente físico que fue también un hombre de gran conciencia social. Durante el auge de Hitler, Laue fue uno de los poquísimos físicos alemanes de renombre que se atrevieron a defender a Albert Einstein y la teoría de la relatividad. Resulta, por tanto, adecuado que yo me ocupe aquí de un asunto relacionado con la ciencia y la civilización.
            La pregunta que quiero plantear, tanto a mí mismo como a cualquier otra persona, es ésta: habiendo como hay más de mil millones de musulmanes, y disponiendo de amplios recursos materiales, ¿por qué el mundo islámico se ha desligado de la ciencia y del proceso por el que se generan nuevos conocimientos? Más concretamente, me estoy refiriendo a los 57 países de la Organización de la Conferencia Islámica (OCI) como representante del mundo islámico.
            No siempre fue así. La magnífica Edad de Oro del Islam entre los siglos IX y XIII trajo consigo grandes avances en matemáticas, ciencia y medicina. La lengua árabe era dominante en una época en la que nació el álgebra, se elucidaron los principios de la óptica, se estableció la circulación sanguínea, se dio nombre a estrellas y se crearon universidades. Pero al final de este periodo, la ciencia en el mundo islámico se vino abajo. Desde hace siete siglos, ningún invento o descubrimiento relevante ha surgido del mundo islámico. Ese estancamiento del desarrollo científico es un elemento importante (si bien no es en absoluto el único) que contribuye a la actual marginación de los musulmanes y a un sentimiento creciente de injusticia y discriminación.
            Hay que frenar estos sentimientos negativos antes de que la brecha se ensanche. Un sangriento choque de civilizaciones, si realmente se llegara a producir, sin duda sería tan grave como las otras dos amenazas más peligrosas que se ciernen sobre la vida en nuestro planeta: el cambio climático y la proliferación nuclear.
Primeros encuentros
            El encuentro del Islam con la ciencia ha pasado por épocas felices e infaustas. No hubo ciencia en la cultura árabe durante el periodo inicial del Islam, en torno al año 610 dC. Pero a medida que el Islam se establecía política y militarmente, su territorio se expandía. A mediados del siglo VIII, los conquistadores musulmanes dieron con los antiguos tesoros del saber griego. Califas liberales e ilustrados encargaron traducciones del griego al árabe y llenaron sus cortes en Bagdad con eruditos visitantes venidos de todas partes. Dominaban la política los mutazilitas racionalistas, quienes aspiraban a conciliar la fe y la razón en contraposición a sus rivales, los dogmáticos asharitas. Una cultura islámica por lo general tolerante y pluralista permitió que musulmanes, cristianos y judíos crearan juntos nuevas obras de arte y de ciencia. Pero con el tiempo, las tensiones teológicas entre las interpretaciones liberales y fundamentalistas del Islam, por ejemplo sobre el tema del libre albedrío frente a la predestinación, se intensificaron y tornándose sangrientas. Renació una ortodoxia religiosa que acabó por inflingir una aplastante derrota a los mutazilitas. Luego, el librepensamiento en el estudio de la filosofía, las matemáticas y la ciencia fue relegado más y más a los márgenes del Islam.
            Siguió un largo periodo de oscuridad, puntuado por luces ocasionales. En el siglo XVI, los turcos otomanos establecieron un vasto imperio con la ayuda de la tecnología militar. Pero había poco entusiasmo por la ciencia y los nuevos conocimientos. En el siglo XIX, la Ilustración europea inspiró a una oleada de reformadores islámicos modernistas: Mohammed Abduh de Egipto, su seguidor Rashid Rida de Siria, y sus contrapartidas en el subcontinente indio, como Sayyid Ahmad Jan y Yamaluddin Afghani, exhortaron a los musulmanes a aceptar las ideas de la Ilustración y la revolución científica. Su postura teológica puede parafrasearse de forma aproximada como "el Corán nos dice cómo ir al Cielo, no cómo se mueven los cielos". Se hacían eco de lo que había dicho Galileo en Europa.
            El siglo XX fue testigo del final del dominio colonial europeo y del nacimiento de varios estados musulmanes independientes, todos ellos inicialmente bajo un liderazgo nacional laico. Siguió un acelerón hacia la modernización y la adquisición de tecnología. Muchos contaban con que se produjera un renacimiento científico musulmán. Claramente, no fue así.
¿De qué padece la ciencia en el mundo islámico?
            Los líderes musulmanes de la actualidad, conscientes de que el poder militar y el crecimiento derivan de la tecnología, con frecuencia hacen llamamientos en pro de un rápido desarrollo científico y una sociedad basada en el conocimiento. A menudo, estos llamamientos son retóricos, aunque en los últimos años en algunos países musulmanes (Qatar, los Emiratos Árabes Unidos, Pakistán, Malasia, Arabia Saudita, Irán y Nigeria, entre otros) ha aumentado mucho el patrocinio oficial y las inversiones en ciencia y educación. Algunos gobernantes ilustrados, como el Sultán ibn Muhammad Al-Qasimi de Sharyah, Hamad bin Jalifa Al Thani de Qatar, y otros, han dedicado parte de su gran fortuna personal a estas causas. Ningún líder musulmán ha apelado públicamente a la separación entre ciencia y religión.
            Para relanzar la ciencia, ¿es suficiente con incrementar los fondos, o se requiere un cambio más fundamental? En el siglo XIX hubo eruditos como Max Weber que afirmaban que el Islam carece de un "sistema de ideas", decisivo para sostener una cultura científica basada en innovación, nuevas experiencias, cuantificación y verificación empírica. El fatalismo y una orientación hacia el pasado, decían, hacen que los avances sean difíciles e incluso indeseables.
            En la época actual, en la que está aumentando el antagonismo entre el mundo occidental y el islámico, la mayoría de los musulmanes rechazan, indignados, estas acusaciones. Piensan que estas críticas son una excusa más con la que Occidente justifica sus ataques culturales y militares a los pueblos musulmanes. A los musulmanes se les ponen los pelos de punta ante cualquier insinuación de que pueda haber una incompatibilidad entre Islam y ciencia, o de que algún conflicto subyacente entre el Islam y la ciencia pueda ser responsable de la lentitud del progreso. El Corán, que es la palabra literal de Dios, no puede ser culpable; los musulmanes creen que si hay un problema, sólo se puede deber a su incapacidad de interpretar y llevar a la práctica correctamente las instrucciones divinas del Corán.
            Al defender la compatibilidad entre la ciencia y el Islam, los musulmanes argumentan que el Islam mantuvo una floreciente cultura intelectual a lo largo de la Edad de las Tinieblas europea, y por tanto es también capaz de una cultura científica moderna. Abdus Salam, premio Nóbel de física paquistaní, solía subrayar en sus apariciones en público que una octava parte del Corán es un llamamiento a que los musulmanes busquen los signos de Alá en el universo, y que por tanto la ciencia es para los musulmanes una obligación espiritual a la vez que temporal. Quizá el argumento que con más frecuencia se oye es que el Profeta Mahoma había exhortado a sus seguidores a "buscar el conocimiento incluso si está en China", lo cual implica que los musulmanes están obligados a buscar el conocimiento laico.
            Estos argumentos han sido objeto de gran debate, y se seguirán debatiendo, pero no quiero seguir aquí en esa línea. En lugar de eso, intentemos comprender el estado de la ciencia en el mundo islámico contemporáneo. En primer lugar, en la medida en que lo permitan los datos de que disponemos, haré una valoración cuantitativa del estado actual de la ciencia en los países musulmanes. Luego examinaré las actitudes que prevalecen entre los musulmanes con respecto a la ciencia, tecnología y modernidad, con vistas a identificar prácticas socioculturales específicas que van en contra del progreso. Por último, podemos enfrentarnos a la pregunta fundamental: ¿qué hará falta para que la ciencia vuelva al mundo islámico?
Medir el progreso científico musulmán
            La métrica del progreso científico no es precisa ni unívoca. La ciencia impregna nuestras vidas de muchísimas maneras, tiene significados distintos para las distintas personas, y su contenido y ámbito ha variado de forma drástica a lo largo de la historia. Además, la escasez de datos actuales y fiables dificulta aún más la tarea de evaluar el progreso científico en los países musulmanes.
            Voy a emplear el siguiente conjunto razonable de cuatro métricas:
            * La cantidad de producción científica, ponderada de forma que se mida razonablemente su relevancia e importancia
            * El papel que desempeñan la ciencia y la tecnología en las economías nacionales, la financiación para I+D y el tamaño de las empresas científicas nacionales
            * El alcance y la calidad de la enseñanza superior
            * La presencia o ausencia de la ciencia en la cultura popular.
Producción científica
            Un indicador útil, aunque imperfecto, de la producción científica es el número de artículos de investigación científica que se publican, junto con las citas que hacen referencia a ellos. En el cuadro 1 se muestra la producción de los siete países musulmanes con mayor producción científica en lo que respecta a artículos de física, para el periodo que va del 1 de enero de 1997 al 28 de febrero de 2007, junto con el número total de publicaciones en todos los ámbitos científicos. Comparando con Brasil, India, China y los EEUU, se aprecian cifras significativamente inferiores. Un estudio a cargo de profesores de la Universidad Islámica Internacional de Malasia mostró que los países de la OCI tienen 8,5 científicos, ingenieros y técnicos por cada 1.000 habitantes, en comparación con una media mundial de 40,7 y de 139,3 para los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (más sobre la OCDE en http://www.oecd.org.) Cuarenta y seis países musulmanes aportaron el 1,17% de la bibliografía científica del mundo, mientras que el 1,66% procede de India por si sola y el 1,48% de España. Veinte países árabes aportaron el 0,55%, en comparación con el 0,89% de Israel por si solo. La NSF (Fundación Nacional de Ciencia) de los EEUU registra que de los 28 países con menor producción de artículos científicos en 2003, la mitad pertenecen a la OCI.
            La situación puede ser aún más sombría que lo que sugieren las cifras de publicaciones o incluso el recuento de referencias. Evaluar el mérito científico de las publicaciones científicas, que nunca es tarea fácil, se complica más todavía ante la rápida aparición de nuevas revistas científicas internacionales que publican trabajos de escasa calidad. Muchas de ellas no tienen políticas editoriales ni procedimientos de arbitraje buenos. En muchos países en vías de desarrollo, los científicos, que están sometidos a presiones para publicar, o que son atraídos por interesantes incentivos gubernamentales, optan por seguir la trayectoria de mínima resistencia que les han allanado las políticas, cada vez más comercializadas, de las revistas. Los que desean publicar saben que los editores tienen que producir una revista de un determinado grosor cada mes. Aparte de las considerables pruebas anecdóticas de estas prácticas, ha habido algunos estudios sistemáticos. Por ejemplo, la publicaciones de química por parte de científicos iraníes se triplicaron en cinco años, pasando de 1040 en 1998 a 3277 en 2003. Muchos artículos científicos que sus autores, químicos iraníes, presentaron como originales, y que se publicaron en revistas sometidas a una revisión por expertos internacional, de hecho habían sido publicados ya dos, y en ocasiones tres veces, con contenido idéntico o casi idéntico, por los mismos autores. En otras casos se trataba de plagios que podrían haber sido fácilmente detectados por cualquier árbitro que se hubiera tomado una mínima molestia.
            También es desalentadora la situación en lo que respecta a las patentes: los países de la OCI producen un número insignificante. De acuerdo con las estadísticas oficiales, Pakistán sólo ha registrado ocho patentes en los últimos 43 años.
            Los países musulmanes muestran una gran diversidad de culturas y de niveles de modernización, de forma que la productividad científica abarca una gama amplia. Entre los países de mayor peso, tanto por población como por política, Turquía, Irán, Egipto y Pakistán son los más desarrollados científicamente. Entre los países pequeños, como las repúblicas de Asia central, Uzbekistán y Kazajstán están claramente por encima de Turkmenistán, Tayikistán y Kirgistán. Malasia (un país musulmán más bien atípico, con una minoría no musulmana del 40%) es un país mucho más pequeño que la vecina Indonesia, y sin embargo es más productivo. Kuwait, Arabia Saudita, Qatar, los EAU y otros estados que tienen muchos científicos extranjeros están muy por delante de los demás estados árabes en cuanto a la ciencia.
Empresas científicas nacionales
            Se da por hecho que un mayor presupuesto científico indica, o dará lugar, a una mayor actividad científica. En término medio, los 57 estados de la OCI destinan una cantidad estimada del 0,3% de su PIB a I+D, un porcentaje muy por debajo de la media mundial del 2,4%. Pero se percibe una clara tendencia hacia una mayor inversión. Los gobernantes de los EAU y de Qatar están construyendo varias universidades nuevas con personal importado de Occidente tanto para su construcción como para su plantilla. En junio de 2006, el Presidente de Nigeria, Olusegun Obasanyo, anunció que 5.000 millones de dólares procedentes del petróleo se destinarían a I+D. Irán aumentó su presupuesto de I+D de modo espectacular, pasando de una minucia en 1988, al final de la guerra Irán-Irak, hasta el nivel actual del 0,4% de su PIB. Arabia Saudita anunció que en 2006 invirtió el 26% de su presupuesto de desarrollo en ciencia y en educación, y envió a 5.000 estudiantes a universidades de EEUU con becas que cubren todos los gastos. Pakistán batió un record mundial aumentando los fondos destinados a la enseñanza superior y a la ciencia en nada menos que en un 800% a lo largo de los últimos cinco años.
            Pero aumentar los presupuestos no constituye en sí mismo la panacea; es crucial dar un buen uso a esos fondos. Un factor determinante es el número de científicos, ingenieros y técnicos disponibles. Estas cifras son bajas para los países de la OCI, en término medio unos 400-500 por cada millón de personas, mientras que las cifras para los países desarrollados están sobre los 3500-5000 por cada millón de habitantes. Aún más importante es la calidad y el nivel de profesionalidad, dos aspectos más difíciles de cuantificar. Pero aumentar los fondos sin examinar atentamente estas cuestiones cruciales puede dar lugar a una correlación nula entre financiación científica y resultados.
            El papel que desempeña la ciencia a la hora de crear tecnología es un importante indicador en lo referente a la ciencia. Comparando los cuadros 1 y 2 se ve que hay una escasa correlación entre los artículos de investigación académica y el papel de la I+D en las economías nacionales de los siete países de la lista. La posición anómala de Malasia en el cuadro 2 se debe a la fuerte inversión directa que realizan las empresas multinacionales y a que tienen socios comerciales que en su gran mayoría son países de fuera de la OCI.
            Aunque no queda patente en el cuadro 2, existen ámbitos científicos en los que la investigación ha resultado rentable en el mundo islámico. La investigación en agricultura, que es una ciencia relativamente sencilla, es un buen ejemplo. Pakistán ha obtenido buenos resultados, por ejemplo, con nuevas variedades de algodón, trigo, arroz y té. La tecnología de defensa es otra área en la que han invertido muchos países en vías de desarrollo, pues aspiran a reducir su dependencia de los proveedores internacionales de armas y a promover sus capacidades nacionales. Pakistán fabrica armas nucleares y mísiles de rango medio. Actualmente hay también una industria armamentística paquistaní floreciente, cada vez más orientada hacia la exportación (figura 3), que produce una amplia gama de armas desde granadas hasta tanques, dispositivos de visión nocturna, armas guiadas por láser, pequeños submarinos y aeronaves de entrenamiento. Los ingresos de la exportación son superiores a 150 millones de dólares anuales. Si bien gran parte de la producción es un triunfo de la ingeniería inversa más que de la I+D original, claramente hay una comprensión suficiente de los principios científicos necesarios, así como una capacidad de juzgar cuestiones técnicas y de gestión. Irán ha seguido el ejemplo de Pakistán.
Enseñanza superior
            De acuerdo con una reciente encuesta, entre los 57 Estados miembro de la OCI, hay unas 1800 universidades. De éstas, solamente 312 publican artículos en revistas. Un ranking de las 50 universidades con más publicaciones entre ellas da las siguientes cifras: 26 están en Turquía, 9 en Irán, 3 en Malasia, 3 en Egipto, 2 en Pakistán y 1 en cada uno de los siguientes países: Uganda, los EAU, Arabia Saudita, Líbano, Kuwait, Jordania y Azerbaiyán. Para las 20 primeras universidades, la producción anual media de artículos fue de unos 1500, una cifra reducida pero razonable. Sin embargo, el número medio de referencias por artículo es menos que 1,0 (el informe de la encuesta no aclara si se excluyeron las auto referencias). Se dispone de menos datos comparativos con universidades de todo el mundo. Dos instituciones de licenciatura de Malasia estaban en la lista de los primeros 200 del Times Higher Education Supplement en 2006 (http://www.thes.co.uk). Ninguna universidad de la OCI ha conseguido entrar en la lista de los primeros 500 del "Academic Ranking of World Universities" elaborada por la Universidad Jiao Tong de Shanghai (http://ed.sjtu.edu.cn/en). Esta situación dio lugar a que el director general de la OCI hiciera un llamamiento para que al menos 20 universidades de la OCI alcanzaran la calidad suficiente para entrar en la lista de 500. No se especificó ningún plan de acción, ni se definió el término "calidad".
La calidad de una institución es fundamental, pero ¿cómo ha de definirse?
            Proporcionar más infraestructuras y servicios es importante, pero no es lo decisivo. La mayoría de las universidades en países musulmanes tienen una calidad de enseñanza y aprendizaje claramente inferior, una escasa conexión con la formación profesional, y una investigación que no destaca ni por su calidad ni cantidad. El bajo nivel de la enseñanza no se debe tanto a la escasez de recursos materiales como a una actitud inadecuada. En general, se insiste en la obediencia y la memorización, y rara vez se pone en duda la autoridad del profesor. Son poco frecuentes el debate, el análisis y las discusiones en clase.
En la mayoría de los países musulmanes las libertades académicas y culturales en el campus están muy restringidas. En la Universidad Quaid-i-Azam de Islamabad, donde soy profesor, las restricciones son similares a las que existen en la mayoría de las demás instituciones públicas paquistaníes. Esta universidad va destinada al típico estudiante paquistaní de clase media y, de acuerdo con la encuesta mencionada anteriormente, ocupa el segundo lugar entre las universidades de la OCI. Aquí, al igual que en otras universidades públicas paquistaníes, las películas, el teatro y la música están mal vistas, y a veces incluso se producen ataques físicos por parte de patrullas de estudiantiles que piensan que estas actividades violan las normas islámicas. El campus cuenta con tres mezquitas, y una cuarta está prevista, pero no hay ninguna librería. Ninguna universidad paquistaní, incluida QAU, permitió que Abdus Salam pisara su campus, a pesar de que había recibido el Premio Nóbel de 1979 por su papel en la formulación del modelo estándar de física de partículas. La secta ahmedi de la que forma parte, y que antes se consideraba musulmana, fue oficialmente declarada herética en 1974 por el gobierno paquistaní.
            La intolerancia y la militancia azotan el mundo islámico, con lo cual las libertades personales y académicas disminuyen al incrementarse las presiones para la obediencia. En las universidades paquistaníes, el velo se ve ahora por doquier, y las pocas estudiantes que siguen sin llevarlo están muy presionadas. El director de la mezquita-seminario financiada por el gobierno, situada en el corazón de Islamabad, la capital del país, pronunció la siguiente escalofriante advertencia a las estudiantes y profesores de mi universidad en su emisora de FM el 12 de abril de 2007:
            El gobierno debería abolir la coeducación. La Universidad Quaid-i-Azam se ha convertido en un burdel. Las mujeres estudiantes y profesoras se pasean con ropa inaceptable... las deportistas difunden la desnudez. Advierto a las deportistas de Islamabad que dejen de participar en deportes... Nuestras estudiantes femeninas no han amenazado con echar ácido a las caras descubiertas de las mujeres. Sin embargo, una amenaza así podría emplearse para despertar el miedo al Islam entre las mujeres pecadoras. No tiene nada de malo. Hay castigos mucho más horribles en el Más Allá para estas mujeres.
            La obligación de llevar velo marca una diferencia. Mis colegas y yo hemos observado que con el tiempo la mayoría de los estudiantes, sobre todo las mujeres con velo, se han convertido en gran parte en personas calladas que toman notas, cada vez más tímidas, y que se muestran menos propensas a participar en debates. Esta falta de expresión y de confianza en sí mismos hace que la mayoría de los estudiantes paquistaníes, incluso los mayores de veinticinco años, se refieran a sí mismos como chicos y chicas y no como hombres y mujeres.
La ciencia y la religión siguen enfrentadas
            La ciencia recibe presiones en todo el mundo, y de todas las religiones. Los logros de la ciencia, al convertirse esta en una parte cada vez más dominante de la cultura humana, inspiran respeto y temor. El creacionismo y el diseño inteligente, las restricciones de la investigación genética, la seudo ciencia, la parapsicología, la creencia en los OVNIS, etc., son algunas de sus manifestaciones en Occidente. En EEUU, los religiosos conservadores se han manifestado en contra de la enseñanza del darwinismo. Grupos hinduistas extremistas, como el Vishnu Hindu Parishad, que ha hecho un llamamiento a la limpieza étnica de cristianos y musulmanes, han promovido varios "milagros de templos", incluido uno en el cual un dios elefante cobraba vida milagrosamente y empezaba a beber leche. Algunos grupos judíos extremistas también cobran mayor fuerza política gracias a los movimientos anti ciencia. Por ejemplo, algunos magnates americanos del ganado llevan trabajando desde hace años con sus homólogos israelíes para criar en Israel una vaquilla roja pura, la cual, de acuerdo con su interpretación del capítulo 19 del Libro de los Números, indicará el advenimiento de la construcción del Tercer Templo, un suceso que haría estallar a Oriente Próximo.
            En el mundo islámico, la oposición que encuentra la ciencia en la arena pública se manifiesta, además, de otras formas. Los materiales anti ciencia tienen una fuerte presencia en internet, con miles de sitios web islámicos muy elaborados, algunos con contadores que van por los cientos de miles de visitas. Un sitio típico, muy frecuentado, lleva el siguiente banner: "Hechos científicos sorprendentes recientemente descubiertos, descritos con precisión en el Libro Santo Musulmán y por el Profeta Mahoma hace 14 siglos". Aquí uno se encuentra con que todo, desde mecánica cuántica hasta los agujeros negros y los genes, había sido anticipado hace 1400 años.
            Desde el punto de vista de los fundamentalistas, la ciencia se ve, principalmente, como un instrumento valioso para establecer aún más pruebas de Dios, para demostrar la verdad del Islam y del Corán, y mostrar que la ciencia moderna habría sido imposible de no ser por los descubrimientos musulmanes. Parece que sólo cuenta la Antigüedad. Se lleva uno la impresión de que el reloj de la historia se rompió en algún momento durante el siglo XIV y que hay pocas perspectivas de que vaya a repararse. Según esta visión demasiado extendida, la ciencia no tiene nada que ver con pensamiento crítico y conciencia, con incertidumbre creativa o con exploraciones sin fin. Se echan en falta páginas web o grupos de discusión que se ocupen de las implicaciones filosóficas, desde el punto de vista islámico, de la teoría de la relatividad, la mecánica cuántica, la teoría del caos, las supercuerdas, las células madre y otras cuestiones científicas de actualidad.
            Asimismo, en los medios de comunicación de los países musulmanes, las discusiones sobre "Islam y ciencia" son comunes y bienvenidas sólo en tanto que se reafirme, y no se ponga en duda, la creencia en el status quo. Cuando el terremoto del 2005 sacudió Pakistán, matando a más de 90.000 personas, ningún científico importante contradijo públicamente la creencia, difundida ampliamente por los medios de comunicación, de que el terremoto era el castigo divino por el comportamiento pecaminoso. Los mulás ridiculizaron la noción de que la ciencia podía dar una explicación; incitaron a sus seguidores a destrozar sus televisores, que habían provocado la ira de Alá y por ende el terremoto. Como pusieron de manifiesto varios debates en clase, una mayoría abrumadores de los estudiantes de ciencia de mi universidad aceptaban diversas explicaciones basadas en la ira divina.
¿A qué se debe el lento desarrollo?
            Aunque no se puede negar que el desarrollo científico está siendo relativamente lento en los países musulmanes, se barajan muchas explicaciones, y algunas muy comunes son claramente erróneas.
            Por ejemplo, no es verdad que en los países musulmanes las mujeres estén en gran parte excluidas de la enseñanza superior. De hecho, las cifras son similares a las de muchos países occidentales: el porcentaje de mujeres entre los estudiantes universitarios es del 35% en Egipto, el 67% en Kuwait, el 27% en Arabia Saudita, y el 41% en Pakistán, por no dar más que unos pocos ejemplos. En ciencias físicas y en ingeniería, la proporción de mujeres matriculadas es aproximadamente la misma que en EEUU. Sin embargo, las restricciones que pesan sobre la libertad de las mujeres hacen que tengan poco donde elegir, tanto en lo que se refiere a su vida personal como a su carrera profesional tras la licenciatura, en comparación con sus compañeros varones.
            El que en los países musulmanes prácticamente no haya democracia tampoco es un elemento especialmente importante a la hora de explicar la lentitud del desarrollo científico. Sin duda es cierto que los regímenes autoritarios en general niegan la libertad de cuestionar y de disentir, coartan las sociedades profesionales, intimidan a las universidades, y limitan los contactos con el mundo externo. Pero ningún gobierno musulmán de hoy en día, aún siendo una dictadura o una democracia imperfecta, se aproxima ni de lejos al terror de Hitler o Stalin, unos regímenes bajo los cuales la ciencia sobrevivió y pudo incluso avanzar.
            Tampoco es cierto que el mundo islámico rechace las nuevas tecnologías. No es así. En otros tiempos, la ortodoxia rechazó inventos nuevos como la imprenta, el altavoz y la penicilina, pero este rechazo prácticamente ha desaparecido . El ubicuo teléfono móvil, ese dispositivo de la era espacial, sirve como paradigma de la sorprendente rapidez con la que la tecnología de la caja negra ha sido absorbida por la cultura islámica. Por ejemplo, conduciendo por Islamabad, a nadie le sorprendería recibir un SMS urgente solicitando rezar inmediatamente para así ayudar a que el equipo de críquet de Pakistán gane un partido. Los nuevos modelos de teléfono móvil islámico que están teniendo éxito llevan un GPS que indica con precisión hacia dónde debe dirigirse el musulmán para rezar, contienen traducciones autenticadas del Corán e instrucciones paso a paso para realizar las peregrinaciones Hayy y Umrah. El Corán en versión digital se está vendiendo bien, y ya han salido a la venta alfombras de oración con microchip (para contabilizar las postraciones durante las oraciones).
            Se han ofrecido algunas razones algo más plausibles para explicar el lento desarrollo científico en los países musulmanes. En primer lugar, aunque un puñado de países musulmanes ricos, productores de petróleo, tienen ingresos extravagantes, la mayoría son más bien pobres y están en la misma situación que otros países en vías de desarrollo. De hecho, la media de ingresos per cápita en la OCI está bastante por debajo de la media mundial. En segundo lugar, la inadecuación de las lenguas islámicas tradicionales (árabe, persa, urdu) también contribuye al problema.
            Aproximadamente el 80% de la bibliografía científica mundial se publica primero en inglés, y pocas lenguas tradicionales del mundo en desarrollo se han sabido adaptar a las nuevas demandas lingüísticas. Salvo en Irán y Turquía, hay pocas traducciones. De acuerdo con un informe de las Naciones Unidas de 2002 redactado por intelectuales árabes y hecho público en El Cairo, Egipto, "en todo el mundo árabe se traducen al año 330 libros, una quinta parte de lo que se traduce en Grecia". El informe añade que en los 1.000 años transcurridos desde el califato de Maamoun, el número de libros traducidos por los árabes iguala a los que se traducen en España en un solo año.
Es el pensamiento lo que cuenta
            Pero las razones más profundas son de actitud, no materiales. La cuestión de base es la tensión, aún sin resolver, entre el pensamiento y el comportamiento social tradicional y el moderno.
            Esta afirmación requiere una explicación. Lo que está parando el reloj no es ninguna disputa mayúscula como la que hubo entre Galileo y el Papa Urbano VIII. La ciencia que practican los científicos para ganarse la vida obliga a aprender unas reglas y procedimientos complicados, pero prosaicos, que no atentan contra el sistema de creencias de ninguna persona razonable. Un ingeniero de puentes, un experto en robótica o un microbiólogo pueden sin duda llegar a ser profesionales de éxito sin tener que plantearse los profundos misterios del universo. A las cuestiones realmente fundamentales, de tintes ideológicos, sólo se enfrentan esa ínfima minoría de científicos que se ocupan de cosmología, la indeterminación en los sistemas cuánticos y caóticos, neurociencia, evolución humana y demás temas profundos. Por tanto, se podría concluir que desarrollar la ciencia es solamente una cuestión de crear suficientes escuelas, universidades, bibliotecas y laboratorios, y adquirir lo más novedoso en materia de herramientas y equipos científicos.
            Pero este razonamiento es superficial y engañoso. La ciencia es fundamentalmente un sistema de ideas que ha crecido en torno a una especie de armazón: el método científico. La mentalidad científica, que se cultiva de forma intencionada, es imprescindible para lograr el éxito en la ciencia y en los campos relacionados en los que es esencial un juicio crítico. Los avances científicos requieren que los hechos y las hipótesis se pongan a prueba y se verifiquen una y otra vez, e ignoran totalmente la autoridad. Y ahí está el problema: el método científico es ajeno al pensamiento religioso tradicional, no reformado. Sólo un individuo excepcional es capaz de ejercer esta forma de pensar en una sociedad en la que la autoridad absoluta viene de arriba, en la que es difícil plantear preguntas, la incredulidad se castiga con dureza, el intelecto se denigra, y existe la certeza de que ya se conocen todas las respuestas y no hay más que descubrirlas.
            La ciencia no puede echar raíces en unas tierras en las que los milagros se interpretan de forma literal y se considera que la revelación proporciona el auténtico conocimiento del mundo físico. Si el método científico se tira por la borda, eso no se puede compensar con ninguna cantidad de recursos ni con solemnes declaraciones de intenciones de desarrollar la ciencia. En estas circunstancias, la investigación científica se convierte, como mucho, en una actividad de catalogación o de "coleccionismo de mariposas". No puede ser un proceso creativo de auténtica inquisición dentro del cual se formulan y se ponen a prueba hipótesis arriesgadas.
            El fundamentalismo religioso siempre es una mala noticia para la ciencia. Ahora bien, ¿cómo explicar su ascenso meteórico en el Islam a lo largo del último medio siglo? A mediados de los años 50 del siglo pasado todos los líderes musulmanes eran laicos, y el laicismo dentro del Islam iba a más. ¿Qué cambió? Aquí, Occidente debe aceptar su parte de responsabilidad en cuanto a la inversión de la tendencia. Irán bajo Mohammed Mossadeq, Indonesia bajo Ahmed Sukarno, Egipto bajo Gamal Abdel Nasser son ejemplos de gobiernos laicos pero nacionalistas, que querían proteger sus riquezas nacionales. Sin embargo, la codicia imperial occidental los socavó y los derrocó. Al mismo tiempo, los estados árabes conservadores ricos en petróleo, como Arabia Saudita, que exportaban versiones extremas del Islam eran clientes de EEUU. La organización fundamentalista Hamas recibió ayudas de Israel en su lucha contra la OLP, una organización laica, dentro de una estrategia israelita deliberada en los años 80. Y lo que tal vez sea lo más importante, tras la invasión soviética de Afganistán en 1979, la CIA armó a los luchadores islámicos más feroces y con mayor carga ideológica y los transportó hasta Afganistán desde países musulmanes lejanos, contribuyendo así a la creación de una extensa red yihadista mundial. Hoy en día, el laicismo sigue batiéndose en retirada, y el fundamentalismo islámico colma el vacío.
Cómo puede volver la ciencia al mundo islámico
            En los años 80 del siglo pasado, se planteó como alternativa a la "ciencia occidental" una "ciencia islámica" imaginaria. La idea se difundió mucho y fue apoyada por los gobiernos de Pakistán, Arabia Saudita y Egipto, entre otros. Ideólogos musulmanes en los EEUU, como Ismail Faruqi y Syed Hossein Nasr, anunciaron que se iba a construir una nueva ciencia asentada sobre elevados principios morales tales como tawheed (la unidad de Dios), ibadah (oración), jilafa (fideicomiso), el rechazo del zulm (tiranía), y que sería la revelación, en lugar de la razón, la guía definitiva hacia el conocimiento válido. Otros interpretaron como afirmaciones literales sobre hechos científicos los versos del Corán relacionados con descripciones del mundo físico. Estos intentos dieron lugar a muchas conferencias de ciencia islámica, elaboradas y costosas, alrededor del mundo. Algunos eruditos calcularon la temperatura del infierno, otros la composición química de los genios celestiales. Nadie produjo una nueva máquina o instrumento, llevó a cabo un experimento o formuló siquiera una hipótesis que se pudiera poner a prueba.
            Un planteamiento más pragmático, que pretende promover la ciencia normal en lugar de la ciencia islámica, es el que persiguen organismos institucionales tales como COMSTECH (Committee on Scientific and Technological Cooperation), establecido por la Cumbre Islámica de la OCI en 1981. Al igual que la IAS (Islamic Academy of Sciences) y la ISESCO (Islamic Educational, Scientific, and Cultural Organization), sirve a la "umma" (la comunidad musulmana mundial). Pero un vistazo a las páginas web de estas organizaciones revela que, a lo largo de dos décadas, todas sus actividades en conjunto se resumen en unas conferencias esporádicas sobre temas variopintos, unas pocas becas de investigación y viaje, y pequeñas cantidades de dinero para reparación de equipos y recambios.
            Es casi para desesperarse. ¿Es que la ciencia no va a regresar nunca al mundo musulmán? ¿Quedará el mundo dividido para siempre entre quienes poseen la ciencia y quienes no, con todas las consecuencias que se derivan de ello?
            Por sombrío que resulte el presente, ese resultado no tiene por qué producirse. La historia no tiene la última palabra, y los musulmanes tienen una oportunidad. No hay más que recordar la percepción que la élite angloamericana tenía de los judíos cuando llegaron a los EEUU a principios del siglo XX.
            Profesores universitarios como Henry Herbert Goddard, un conocido eugenesista, en 1913 se refirió a los judíos como "un pueblo irremediablemente retrasado, totalmente incapaz de adaptarse a las nuevas demandas de las sociedades capitalistas avanzadas". De acuerdo con sus investigaciones, el 83% de los judíos eran cretinos (moron, un término que él popularizó para describir a los pobres de espíritu), y a continuación sugirió que se les debería emplear para tareas de gran monotonía. Este ridículo chovinismo no merece mayores comentarios, salvo señalar que los poderosos siempre han creado imágenes falsas de los débiles.
            El progreso necesitará cambios en el comportamiento. Si las sociedades musulmanas han de desarrollar la tecnología, y no sólo usarla, el mercado global, implacablemente competitivo, insistirá no sólo en elevados niveles de aptitud sino también en unos hábitos de trabajo muy sociales. Esto último no es fácil de reconciliar con las exigencias religiosas que un musulmán devoto debe seguir y que afectan a su tiempo, energía y concentración mental: los fieles deben participar en cinco oraciones conjuntas diarias, soportar un mes de ayuno muy riguroso, recitar a diario del Corán, etc. Si bien estas obligaciones proporcionan a los creyentes una admirable orientación hacia el éxito en el más allá, hacen que el éxito terrenal resulte menos probable. Hará falta un planteamiento más equilibrado.
            La ciencia puede volver a florecer de nuevo entre los musulmanes, pero sólo si están dispuestos a aceptar una serie de cambios fundamentales en cuanto a filosofía y actitud; una "Weltanschauung" (concepción del mundo) que se desprende del peso muerto de la tradición, rechaza el fatalismo y la creencia absoluta en la autoridad, acepta la legitimidad de las leyes temporales, valora el rigor intelectual y la honradez científica, a la vez que respeta las libertades culturales y personales. La lucha por abrirle el paso a la ciencia deberá ir acompañada de una campaña mucho más amplia que consiga desterrar la ortodoxia rígida y atraer el pensamiento moderno, la filosofía, la democracia y el pluralismo.
            Hay voces respetadas entre los musulmanes creyentes que no ven ninguna incompatibilidad entre estos requisitos y el Islam auténtico, tal como ellos lo entienden. Por ejemplo, Abdolkarim Soroush, a quien se ha llamado el Martín Lutero del Islam, fue elegido personalmente por el Ayatolá Jomeini para que se encargara de introducir a los modernos filósofos analíticos, como Karl Popper y Bertrand Russell, en los planes de estudio de las universidades iraníes. Otro reformador moderno influyente es Abdelwahab Meddeb, un tunecino que se crió en Francia. Meddeb afirma que ya a mediados del siglo VIII, el Islam había desarrollado las premisas de la Ilustración, y que entre 750 y 1050, los autores musulmanes gozaban de una asombrosa libertad de pensamiento en cuanto a su aproximación a la creencia religiosa. En sus análisis, dice Meddeb, se inclinan ante la primacía de la razón, haciendo honor a uno de los principios fundamentales de la Ilustración.
            En la búsqueda de la modernidad y la ciencia, sigue habiendo luchas internas dentro del mundo islámico. Recientemente, las fuerzas musulmanas progresistas han sido debilitadas, aunque no extinguidas, como consecuencia del enfrentamiento entre los musulmanes y Occidente. En un planeta que se encoge más y más, nadie puede salir vencedor de este conflicto: es hora de apaciguar las aguas. Debemos dejar de perseguir unas estrechas agendas nacionalistas y religiosas, tanto en Occidente como entre los musulmanes. A largo plazo, las fronteras políticas pueden y deben verse como algo artificial y provisional, como ha demostrado, con éxito, la creación de la Unión Europea. Es igualmente importante que la religión sea una cuestión de opciones individuales, sobre la que el estado no debe tener jurisdicción. Así pues, el humanismo laico, basado en el sentido común y los principios de la lógica y la razón, constituye la única opción razonable para la gobernanza y el progreso. A nosotros los científicos, nos resulta fácil comprenderlo. La tarea consiste en convencer a los que no lo comprenden.
____________ Pervez Hoodbhoy es catedrático del departamento de física en la Universidad Quaid-i-Azam de Islamabad, donde da clases desde hace 34 años.
Traducido para Znet por Anahí Seri y revisado por Eva Calleja. http://www.zmag.org/spanish/1007hoodboy.htm

Las 10 cosas que todo el mundo debería saber sobre ciencia

La mayoría de las personas consideran a la ciencia en general como algo tedioso, como si se tratase únicamente de un conjunto de hechos aburridos y teorías demasiado complicadas. Nada más alejado de la realidad. La ciencia está tan involucrada y entretejida en nuestra vida cotidiana que ni siquiera nos damos cuenta de ello, y hace posible el estilo de vida que llevamos en la actualidad. Desde los dispositivos que nos proporcionan entretenimiento, hasta los avances médicos que mejoran nuestra calidad y alargan nuestra expectativa de vida, todo eso es ciencia.

La ciencia es la mejor herramienta que hemos ingeniado hasta el momento para entender como funciona el mundo y el universo que nos rodea. Debería ser vista como una excitante serie de ideas, como un gran océano de experiencia humana. Pero más allá de su interés intelectual intrínseco, existen amplias razones por las cuales la mayor cantidad de gente posible debería tener conocimientos básicos sobre ciencia. Es menos probable que una persona con conocimientos científicos caiga victima de fraudes y de la superstición, desde la astrología hasta las curas milagrosas. Y cuando tantos temas de actualidad política (desde el calentamiento global a la investigación con embriones) tienen un componente científico importante, los votantes y los políticos necesitan entender lo que realmente está en juego.


Debido a la importancia que un conocimiento básico en materia científica representa, y dado que generalmente un entendimiento básico puede motivar e impulsar a obtener incluso conocimientos más amplios de cierta disciplina, he decidido compilar aquí las 10 cosas que todo el mundo debería saber sobre ciencia. Algunos conceptos importantes quedaron fuera de la lista (como la tectónica de placas o las leyes de la termodinámica) y las explicaciones son bien básicas y resumidas, pero espero que este pueda ser para muchos el puntapié inicial para continuar investigando y aprendiendo sobre todos estos temas.


1. Evolución

La evolución de las especies a través de la selección natural es tan valida en el presente como lo era hace 150 años, cuando fue expresada con extrema elegancia por el naturista Charles Darwin en su libro “El Origen de las Especies”. El mecanismo de la evolución depende principalmente del hecho que minúsculos cambios hereditarios se producen todo el tiempo en todos los organismos, desde los microbios hasta las personas.

Como resultado de esos cambios aleatorios, cada miembro de la nueva generación difiere un poco de sus predecesores. La mayoría de las variaciones tendrán un efecto neutro o negativo en la habilidad del organismo de vivir y reproducirse, pero ocasionalmente un cambio mejora la habilidad de prosperar en el nicho ambiental en el que se encuentra. Dichas mutaciones beneficiosas suelen propagarse a través de la población.

Una característica importante de la evolución Darwiniana es que opera al nivel del individuo. No existe un mecanismo de la selección natural para cambiar una especie como un todo, la única forma es a través de la acumulación de cambios que llevan a la supervivencia de los individuos más aptos.

La tasa de evolución varía enormemente entre diferentes tipos de organismos y diferentes circunstancias ambientales. Puede proceder muy rápidamente cuando la presión es muy grande, como por ejemplo, con bacterias expuestas a antibióticos, donde mutaciones resistentes a las drogas pueden surgir y extenderse a través de la población bacteriana en cuestión de meses.

¿Por qué es importante? La evolución se encuentra bajo ataque, particularmente en los Estados Unidos, por parte de cristianos fundamentalistas que pretenden que el “creacionismo” sea enseñando en las escuelas. Aunque la evolución posee un soporte unánime por parte de todos los profesionales científicos y se basa en evidencias muy sólidas, las encuestas muestran que el público estadounidense opina a favor del creacionismo.

¿Qué sigue en el futuro? Los biólogos aún tienen una gran cantidad de trabajo por hacer para conocer exactamente la historia de la evolución. Existen grandes preguntas por ser contestadas, como por ejemplo: ¿cómo se inició la vida?, ¿por qué la evolución se aceleró rápidamente durante algunos periodos geológicos? y ¿qué factores dieron nacimiento a la inteligencia humana? 

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2. Genes y ADN

Darwin no poseía las herramientas para entender el mecanismo bioquímico de la evolución, pero la genética del siglo XX ha demostrado que la unidad básica de la herencia es el gen, el cual está hecho de ADN. Tenemos dos copias de cada uno de los aproximadamente 20.000 genes humanos, una copia heredada de cada padre; si una de estas copias es defectuosa, entonces la otra puede reemplazarla.

Como Francis Crick y James Watson descubrieron en el año 1953, el ADN tiene una estructura de doble hélice: dos espirales interconectadas de unidades bioquímicas llamadas nucleótidos. Existen cuatro nucleótidos, conocidos por sus letras iniciales G, A, C y T (aquellos fanáticos de la película de ciencia ficción “Gattaca” se habrán percatado del uso de los nucleótidos en el titulo de la película, la cual contiene una trama relacionada con la genética). En un modelo molecular del ADN, se ven como una escalera retorcida (también referenciada en la misma película).

El código genético es el mismo en todas las criaturas vivientes. Dicho código traduce la secuencia de nucleótidos del ADN en aminoácidos, los bloques de construcción de las proteínas. A su vez, las proteínas son las moléculas biológicas que realizan la mayoría del trabajo en nuestros cuerpos. Mutaciones aleatorias en el ADN, junto con la mezcla genética que se produce a través de la reproducción sexual, hacen posible las variaciones que impulsan la evolución.

El núcleo de cada célula humana contiene seis mil millones de nucleótidos de ADN empaquetados en 46 cromosomas, que en conjunto forman el genoma.

¿Por qué es importante? Ahora que la secuencia de ADN del genoma humano es conocida, los científicos están empezando a interpretar las interminables cadenas de Gs, As, Cs y Ts; y descubrir cómo nuestros genes interactúan con nuestro ambiente para hacernos las personas que somos.

¿Qué sigue en el futuro? Los beneficios médicos de conocer el genoma humano están llegando más lento de lo que muchos entusiastas nos hicieron creer cuando el "Proyecto Genoma Humano" fue completado, hace 5 años, pero de todos modos están por llegar. El objetivo final es frecuentemente llamado medicina “personalizada” o “individualizada”, uniendo nuestro estilo de vida y los tratamientos para nuestros genes.

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3. Big Bang 

Por medio siglo el Big Bang ha sido el modelo cosmológico estándar de nuestro universo. Éste sostiene que toda la materia y energía fueron originadas en una “singularidad”, un punto de infinita densidad y temperatura. Desde el momento del Big Bang, el universo se ha estado expandiendo y enfriando.

Tres líneas principales de evidencia apoyan la teoría de Big Bang. Primero, las galaxias se están alejando de nosotros a velocidades proporcionales con su distancia, lo que sugiere la expansión desde un único punto. Segundo, el universo se encuentra impregnado de la "Radiación de Fondo de Microondas", la cual se presume que es un tenue resplandor de la energía del Big Bang. Tercero, las cantidades de los elementos químicos más comunes, que los astrónomos observan en el espacio, corresponden de forma muy cercana con las extrapolaciones de la teoría del Big Bang.

¿Qué hubo antes del Big Bang? (En uno de los artículos relacionados pueden encontrar mi opinión personal al respecto) No existe ningún método científico para descubrirlo hasta el momento, pero esto no ha evitado que los cosmólogos, así como también los filósofos y teólogos, especulen al respecto (aunque a diferentes niveles, por supuesto). De acuerdo a una hipótesis popular, puede existir un número infinito de universos, cada uno de ellos con leyes físicas ligeramente diferentes; de este modo, un nuevo universo podría iniciarse desde una singularidad existente en uno de estos universos.

¿Qué nos depara el futuro? Una posibilidad es que todo lo existente vuelva a juntarse nuevamente en un “Big Crunch” (Gran Colapso), después de incontables miles de millones de años. Pero por el momento los cosmólogos creen que es más probable que nuestro universo continúe expandiéndose por siempre, convirtiéndose en una nada fría y desolada. 

¿Por qué es importante? La historia pasada, la estructura actual y la perspectiva futura de nuestro universo tienen poco impacto en nuestra vida cotidiana en la Tierra, pero intelectualmente, la cosmología es uno de los campos más excitantes de la ciencia contemporánea. Descubrimientos recientes en astronomía sugieren que la materia ordinaria (también llamada bariónica) – en forma de planetas, estrellas y galaxias visibles – compone apenas el 4% de nuestro universo. El resto, conocido como materia oscura (22%) y energía oscura (74%), es todo un misterio. 

¿Qué sigue en el futuro? La cosmología es una de las actividades científicas menos predecibles. Una nueva generación de telescopios, terrestres y en órbita, proveerá a los teóricos muchos más datos durante la próxima década. En qué medida mejorará esto nuestra comprensión del universo aún está por verse.

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4. Relatividad 

Si Charles Darwin y su teoría de la evolución se volvieron los grandes símbolos de la ciencia del siglo XIX, entonces Albert Einstein y la relatividad juegan un rol similar para la ciencia del siglo XX. La teoría de la relatividad de Einstein fue publicada en dos partes, y ambas han tenido una inmensa influencia sobre el posterior desarrollo de la física y la cosmología.

“La Relatividad Especial” (1905) demostró que los parámetros de tiempo y distancia no son absolutos, sino que dependen del movimiento del observador. La clave de la relatividad especial es la famosa formula e=mc², donde la “e” representa energía, “m” representa masa y “c” representa la velocidad de la luz. La formula implica que la masa y la energía pueden ser convertidas una en la otra, que la velocidad de la luz en el vacío es la misma para todos los observadores bajo todas las circunstancias, y que nada puede viajar más rápido que la luz (300.000 kilómetros por segundo).

“La Relatividad General” (1915) incorporó la gravedad a la teoría, mostrando que los objetos masivos distorsionan el tejido del espacio-tiempo a través de sus campos gravitacionales. La Relatividad General superó su primera prueba pública durante un eclipse solar en 1919, cuando los telescopios mostraron cómo la luz de estrellas distantes era “doblada” por la gravedad del Sol, exactamente como la teoría lo había predicho. Otra predicción, confirmada mucho más recientemente, es la existencia de “agujeros negros” dentro de las galaxias, desde los cuales ni la materia ni la luz pueden escapar debido a la gran intensidad de la fuerza gravitacional.

¿Por qué es importante? Como la cosmología y el Big Bang, la relatividad es el marco intelectual de toda la ciencia actual. Pero además tiene aplicaciones prácticas en tecnología espacial; por ejemplo, la navegación por satélite funciona porque el Sistema de Posicionamiento Global (GPS) tiene en consideración la relatividad. Y escritores de ciencia ficción tienen que invocar los efectos relativistas para hacer posible el viaje a través del tiempo.

¿Qué sigue en el futuro? Nadie lo sabe. La gran meta aún no alcanzada de la física teórica es la combinación de la relatividad con la mecánica cuántica. Las dos teorías aún coexisten con dificultad y sin una base común. Algún día, vendrá otro “Einstein” con una gran teoría para unificarlas.

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5. Mecánica Cuántica 

La mecánica cuántica creció junto a la relatividad en los comienzos del siglo XX. En todo caso, la mecánica cuántica posee aún un mayor alcance que la relatividad, y es aún más difícil de explicar. Dos citas contradictorias de dos famosos físicos pueden resumir su rareza y complejidad. Niels Bohr: “Si la mecánica cuántica no te ha impactado profundamente, entonces no la has entendido”. Richard Feynman: “Creo que puedo decir con seguridad que nadie entiende la mecánica cuántica”.

Mientras que los efectos de la relatividad se sienten principalmente a gran escala, estudiada por astrónomos y cosmólogos, la mecánica cuántica es más importante cuando las cosas son extremadamente pequeñas. La primera idea clave de la teoría cuántica es que la energía y la materia no son continuas, sino que vienen en paquetes pequeños y discretos denominados “cuantos”.

La segunda es la denominada “dualidad onda-partícula”: todas las partículas subatómicas pueden ser consideradas como ondas, así también como partículas. La luz en sí misma es al mismo tiempo una corriente de partículas (denominadas “fotones”) y una serie de ondas.

La consecuencia más famosa de la dualidad onda-partícula es el principio de incertidumbre, formulado originalmente por Werner Heisenberg en 1927, que pone un límite a cuanto conocimiento podemos tener sobre un objeto cuántico. Es imposible medir con precisión y simultáneamente la posición y el momento de una partícula; lo mejor que podemos hacer es definir una probabilidad estadística de dónde una partícula, como un electrón, es probable que se encuentre.

¿Por qué es importante? Los efectos cuánticos son importantes en la electrónica y la nanotecnología, y se volverán mucho más importantes a medida que avance la miniaturización.

¿Qué sigue en el futuro? La aplicación más importante en el futuro a medio plazo – por ejemplo, 30 años en el futuro – puede ser la computación cuántica, la cual usará efectos cuánticos para producir ordenadores mucho más potentes que los actuales sistemas basados en silicio. Una perspectiva práctica mucho más lejana es el teletransporte, es decir, la transferencia instantánea de materia de un lugar al otro sin la necesidad de viajar a través del espacio y el tiempo convencional.

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6. Radiación 

“Radiación” se ha convertido en una de las palabras más aterradoras de la ciencia, debido a que se encuentra asociada con grandes peligros, como materiales radiactivos, accidentes nucleares y armas futuristas. A pesar de que la radiación puede ser mortal, no hay nada de nuevo en ello; la radiación es universal y la vida depende de ella.

Todos los diferentes tipos de radiación constan de energía que viaja a través del espacio. La radiación electromagnética es esencialmente ondas de luz, que pueden variar en frecuencia a lo largo del espectro, desde las ondas de radio, pasando por la luz visible y hasta los rayos gamma. La radiación de partículas está compuesta de neutrones, protones o electrones.

Una diferencia importante está basada en el nivel de energía de la radiación. La radiación más poderosa es conocida como “ionizante”, porque crea iones al remover electrones de los átomos. Esto incluye rayos X, rayos gamma y partículas subatómicas emitidas por isótopos radioactivos en el momento que se desintegran. La radiación menos poderosa es “no ionizante”. Aunque la radiación ionizante es, en principio, más dañina para la salud que la radiación no ionizante, el nivel de energía no es el único factor a tomar en consideración. También deben considerarse la intensidad o el brillo. Una intensa fuente de radiación no ionizante, como una fuente de luz laser de gran alcance, puede ser mucho más peligrosa que un trozo de mineral radiactivo que emite, de vez en cuando, algunas partículas ionizantes.

¿Por qué es importante? La tecnología que utiliza la radiación impregna a nuestra sociedad industrial moderna, desde la transmisión de radio y televisión hasta las maquinas de rayos X. Pero el miedo a la radiación es un motivo importante por el cual los gobiernos encuentran dificultosa la creación de nuevas centrales de energía nuclear.

¿Qué sigue en el futuro? La tecnología médica se beneficiará enormemente durante los próximos años a partir de nuevas formas de usar la radiación para “ver” dentro del cuerpo humano.

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7. Átomos y Reacciones Nucleares 

El átomo es el componente básico de la química. Su nombre proviene del griego “a-tomos”, que significa indivisible, aunque en realidad un átomo puede ser dividido en partículas aún más pequeñas. Tiene un núcleo formado por protones cargados positivamente y neutrones eléctricamente neutros, rodeado por una nube de electrones cargados negativamente. (El hecho de que los protones y neutrones estén hechos de partículas subatómicas aún más pequeñas, llamadas “quarks”, no importa demasiado en el mundo cotidiano). Las características químicas de un átomo dependen principalmente del número de protones en su núcleo – su número atómico – el cual lo define como un elemento químico. La mejor representación de los elementos, organizados por numero atómico y denotados por símbolos de una o dos letras, es la tabla periódica de los elementos creada originalmente por Dmitri Mendeleev en el siglo XIX.

Cada elemento puede existir como isótopos diferentes, dependiendo de cuantos neutrones posea. El núcleo solo puede permanecer estable hasta un cierto tamaño. Si se vuelve demasiado grande, o si el balance entre protones y neutrones es incorrecto, entonces el átomo se someterá a la desintegración radiactiva y se dividirá en pedazos más pequeños.

El ejemplo más simple es el elemento número 1, el hidrógeno. Tiene dos isótopos estables, en los cuales el núcleo contiene o un protón solo por su cuenta (protio), o un protón junto a un neutrón (deuterio); el tercer isótopo (tritio) es una inestable y radioactiva combinación de un protón con dos neutrones.

La mayoría de los elementos hasta el numero 83 (bismuto) tienen al menos un isótopo estable. Los elementos más pesados, como el uranio (92) y el plutonio (94) existen sólo en forma radioactiva. Las reacciones nucleares que, o bien unen átomos ligeros (fusión) o dividen átomos pesados (fisión), pueden liberar enormes cantidades de energía; y pueden hacerlo de manera repentina, como en las armas nucleares, o más gradualmente, como en las centrales de energía. 

¿Por qué es importante? La energía nuclear no ha cumplido con su promesa inicial, medio siglo atrás cuando las primeras centrales de energía atómica empezaban a funcionar y los entusiastas tuvieron una visión de electricidad de origen nuclear “demasiado barata para medirla”. Pero la energía nuclear es un ingrediente clave en el balance de energía del mundo, y por desgracia, parece que las armas nucleares están aquí para quedarse. 

¿Qué sigue en el futuro? Toda la energía nuclear en la actualidad depende de la fisión. Sin embargo, la gran esperanza es la fusión nuclear, el objeto de un experimento de 10 mil millones de dólares, denominado “Reactor Experimental Termonuclear Internacional” (ITER), que está bajo construcción en Francia. Hasta el momento, conocemos un único lugar donde se consigue producir la fusión nuclear con éxito: el núcleo de las estrellas.

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8. Moléculas y Reacciones Químicas 

En la Tierra, la mayoría de los átomos no existen por sí mismos, sino que se unen con otros átomos en forma de moléculas. O usando una terminología diferente, podemos decir que la mayoría de los elementos se combinan para formar compuestos. La química se trata acerca de las reacciones que forman y reorganizan los enlaces entre los átomos.

La química orgánica se concentra en el carbono, el cual puede formar una mayor variedad de compuestos que cualquier otro elemento. Las moléculas más importantes para la vida, las proteínas y el ADN, se basan en largas cadenas de átomos de carbono unidos a otros elementos, particularmente hidrógeno, oxígeno y nitrógeno.

Todas las reacciones químicas implican un cambio en la energía. La mayoría de ellas liberan energía, usualmente en forma de calor; nuestros cuerpos son calentados por las reacciones orgánicas basadas, en última instancia, en la oxidación de los alimentos que comemos. (Algunas pocas reacciones liberan energía en forma de luz en lugar de calor, una propiedad que ha sido explotada por las luciérnagas y los gusanos brillantes). Por otro lado, las reacciones “endotérmicas” absorben energía del ambiente (es por esto que los paquetes enfriadores comerciales pueden enfriar una bebida en pocos minutos).

La mayoría de las reacciones químicas necesitan un empujón para iniciarse. Este es proporcionado por un “catalizador”, una sustancia que acelera las reacciones sin ser consumida por éstas. Las enzimas son catalizadores biológicos de los cuales depende la vida.

¿Por qué es importante? Todos estamos hechos de compuestos químicos, y cada aspecto de la biología se basa en las reacciones químicas. Industrias basadas en la química incluyen aceites y productos petroquímicos, productos farmacéuticos y biotecnología, procesamiento de alimentos y pinturas.

¿Qué sigue en el futuro? Aunque la química es una ciencia relativamente madura, los químicos siguen descubriendo formas diferentes y más eficientes de producir reacciones. Estas podrán sintetizar nuevos materiales, desde plásticos a productos farmacéuticos, produciendo menos desechos que hoy en día.

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9. Información digital 

El mundo de la computación, las telecomunicaciones y la electrónica se ha vuelto digital. Toda clase de información, sea que se trate de la voz humana, una imagen de televisión o un programa de computadora, es almacenada y procesada como cadenas de dígitos binarios o “bits” (ceros y unos). El mundo real, en contraste, trabaja con señales analógicas: sus imágenes y sonidos no son una serie de números, sino que varían continuamente en el espacio y el tiempo.

La conversión del mundo analógico en señales digitales implica una cierta pérdida de información, ya que la digitalización significa tomar una muestra del original en lugar de transmitirlo completo. Sin embargo, esta pérdida es un precio que vale la pena pagar, puesto que los datos digitales son mucho más fáciles de transmitir, almacenar y procesar electrónicamente.

Piensen en una grabación analógica de música de alta calidad en vinilo. Esta puede proporcionar una experiencia auditiva imposible de igualar por un CD digital, siempre y cuando el disco sea nuevo y no esté dañado. Pero el uso frecuente distorsiona y degrada las señales analógicas en el vinilo, mientras que un CD con bits digitales apenas pierde algo de calidad de sonido.

En radiodifusión y telecomunicaciones, la gran resistencia de las señales digitales a la decoloración, la estática y la distorsión es aún más importante, y también lo es el hecho de que las transmisiones digitales ocupen menos ancho de banda que las analógicas. En la práctica, toda la computación moderna es digital, por lo tanto cualquier información que se introduce en un ordenador debe ser digital también.

¿Por qué es importante? La electrónica de consumo ha pasado a ser completamente digital. En el Reino Unido, todas las emisiones de televisión son digitales en el 2012, y los viejos televisores son inútiles sin una caja electrónica para convertir las señales digitales en analógicas.

¿Qué sigue en el futuro? Millones de científicos, ingenieros electrónicos y especialistas en tecnología de la información en todo el mundo están desarrollando nuevas formas de utilizar y procesar los datos digitales – desde ordenadores super rápidos hasta dispositivos móviles que harán todo lo imaginable.

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10. Estadística significativa

Los investigadores necesitan un método estadístico para determinar si las relaciones aparentes son reales o fruto de la casualidad. ¿Un nuevo fármaco trata una enfermedad mejor que un placebo? ¿La educación pre-escolar mejora el rendimiento académico posterior? ¿El calentamiento global está incrementando la cantidad de lluvias?

Las técnicas matemáticas para determinar la probabilidad de que el resultado de un experimento sea producto de un accidente estadístico en lugar de un efecto real han estado disponibles desde 1920. Esto se denota con el símbolo p. El límite para aceptar un resultado como genuino – o “estadísticamente significativo” – varía a través de las diferentes ciencias, pero en los estudios biomédicos el umbral superior de p suele establecerse en un 5% o 0,05; en otras palabras, la probabilidad de que el resultado se haya producido por azar debe ser menor que 1 en 20.

Por supuesto, los valores más bajos de p aumentan la confianza de que el estudio haya detectado un efecto real; p menor que 0,001 es algunas veces llamado “altamente significativo”. Pero es importante recordar que en este contexto “significativo” es un término estadístico. No significa necesariamente que el resultado es significativo en un sentido más fundamental o que el estudio estuviese bien diseñado y realizado correctamente.

Hay muchas formas en que un resultado estadísticamente significativo puede ser malinterpretado. Una de ellas es la falta de consideración de factores ocultos o desconocidos no incluidos en el análisis estadístico, lo cual influye en el resultado. Por ejemplo, una investigación sobre el efecto de la religión en la salud encontró que la asistencia a la iglesia se asoció con una reducción significativa en la mortalidad; pero un factor de sesgo potencial, no considerado en el estudio, fue el hecho de que las personas con mayor riesgo de morir se encontraban demasiado enfermas para concurrir a las misas.

¿Por qué es importante? El análisis estadístico, si se lleva a cabo correctamente, es la forma más rigurosa y objetiva para evaluar que tan bien se ajusta la evidencia a una teoría.

¿Qué sigue en el futuro? Algunos críticos afirman que la ciencia contemporánea pone a la estadística significativa en un pedestal que no merece. Pero a nadie se le ha ocurrido una forma alternativa de evaluar los resultados experimentales que sea tan simple o de aplicación tan general.

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